CIUDADES Y PUEBLOS. VISITAS. ACTIVIDADES. 1ª ETAPA
1ª ETAPA: Día 5 de
junio de 2014
COLEGIO SAN JORGE – CASTRILLO DE LOS POLVAZARES - ASTORGA (6 kms).
Comida: Arévalo
(Ávila).
Llegada: Castrillo de los Polvazares.CASTRILLO DE LOS POLVAZARES.
Iniciaremos nuestra expedición realizando una visita a este precioso pueblo situado a 6 km de Astorga, declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1980.
Según algunas fuentes, el
nombre "Castrillo" procede de la cercanía de dos castros: el Castro
de San Martino y el de Teso de la Mesa.
Muchos habitantes de este
pueblo de la Maragatería como muchos otros de la zona, eran arrieros, es
decir, comerciantes itinerantes que ponían en contacto a Galicia y los
productos del mar, con Castilla y Extremadura, ocupación secular de los
maragatos.
Las necesidades de esta actividad económica se reflejan en la anchura de
sus calles, para facilitar el paso de los carros, y la estructura de sus casas,
con grandes portalones y espaciosos patios para las cuadras de los animales, lo
que dota de personalidad definida la arquitectura maragata.
En la Plaza Mayor destaca la pequeña iglesia con su campanario y
un poco más abajo, la antigua fuente.
En Castrillo de los
Polvazares, el monumento es todo el pueblo. La calle principal o Calle
Real, lo recorre en toda su extensión, sindo de igual interés las callejas
laterales.
Si tenemos ocasión, entraríamos
en uno de los patios de las casas
particulares. La mayoría de ellos tienen una decoración sorprendente.
A 3,5 km de Astorga,
pasaremos por Murias de Rechivaldo, junto al río Jerga, pequeño pueblo de 107 hab. (INE 2013) y a
una altitud de 880 m.
Población típicamente
maragata, como en Castrillo de Polvazares se pueden observar las típicas casas
de piedra de manpostería con un gran portalón, en su día necesario para poder
guardar los carros.
Destaca la iglesia parroquial de San Esteban con su característica
espadaña, del siglo XVIII, lo más importante de ella, por su relación jacobea,
es un relieve de la Virgen del Pilar cobijado en una hornacina sobre el dintel
de la puerta. También hay una estatua de San Roque peregrino.
ASTORGA.
La
capital de la comarca leonesa de la Maragatería ofrece un rico legado romano y
medieval, fruto de su ubicación en un cruce de caminos: el Camino de Santiago y
la ruta Vía de la Plata. Su recinto amurallado conserva iglesias, conventos y
hospitales, que trasladan al viajero a la más pura tradición jacobea. Sobresale
también en su trazado urbano una obra cumbre del arquitecto modernista Antonio
Gaudí: el Palacio Episcopal. Astorga es, además, una buena oportunidad para
disfrutar de la riqueza gastronómica de estas tierras.
11.690 hab. (INE 2013).
869 m. altiutud
Nacida como campamento
militar romano de la Legio X Gemina a
finales del siglo I a. C., poco después se convirtió en un asentamiento civil y fue
capital del Conventus Asturum.
Puerta
romana. Asturica Augusta
Se desarrolló como importante nudo de
comunicaciones del noroeste peninsular y gozó de cierta prosperidad en los dos primeros
siglos de nuestra era gracias a la minería del oro, siendo definida por Plinio el Viejo como «vrbs
magnifica».
Muralla
romana
Ruinas de Astúrica Augusta.
Del legado romano se conservan las Termas Mayores y Menores, el Aedos Augusti, templo dedicado al
emperador, las cloacas
romanas, el Domus
del mosaico, antigua casa romana con los bellos mosaicos de los pájaros y el oso,
el foso campamental
y un puente.
La Ergástula, edificio del foro del que no se sabe con certeza su función, aunque algunos autores sostienen que hacía las veces de cárcel para los esclavos de las minas de oro del Teleno y las Médulas, es desde 1999 sede del Museo Romano.
La Ergástula, edificio del foro del que no se sabe con certeza su función, aunque algunos autores sostienen que hacía las veces de cárcel para los esclavos de las minas de oro del Teleno y las Médulas, es desde 1999 sede del Museo Romano.
Fue parte del reino de los suevos tras las invasiones bárbaras y en 714 fue tomada por las tropas
musulmanas de Táriq, aunque sería reconquistada por la monarquía asturiana a mediados del mismo siglo. A finales del siglo X
volvió a sufrir, en dos ocasiones, el acoso musulmán de la mano de Almanzor.
Desde el siglo XI, y gracias al impulso dado por el Camino de
Santiago, la ciudad
experimentó un progresivo desarrollo en el cual la Iglesia tuvo un papel
protagonista.
A principios del siglo XIX la ciudad sufrió las
consecuencias de la ocupación francesa y fue una de las primeras ciudades que se levantaron
contra los franceses, con el amotinamiento de campesinos y jornaleros el 2 de
mayo de 1808. El ejército francés entró en la ciudad el 31 de diciembre del
mismo año y durante los años siguientes la plaza cambió de manos en varias
ocasiones hasta que finalmente los franceses capitularon el 17 de agosto de
1812.
Entre
mediados del siglo XIX y principios del XX se produjo un importante desarrollo
industrial, en el que jugaron un papel fundamental la llegada del ferrocarril
y el auge de la industria del chocolate. Esta continúa activa junto con otras
ramas de la industria alimentaria, como la repostería
(mantecadas, sobaos, bizcochos...) y la industria cárnica, aunque la actividad
económica del municipio está basada fundamentalmente en el sector servicios, con la
administración, el comercio y el turismo cultural como
sectores más destacados. Este último se sustenta principalmente en su patrimonio histórico-artístico, en el que cabe destacar
la Catedral, el Palacio Episcopal, el Ayuntamiento y la Ergástula romana, todos ellos declarados Bien de Interés Cultural, además de ser lugar de
paso del Camino de Santiago y una de las cabeceras de
la Vía de la Plata.
Cocido
maragato.
Fachada
de la catedral
La Catedral
de Astorga, dedicada a Santa María, es la sede episcopal de la diócesis de
Astorga, documentada
desde el siglo III con el título de Apostólica.
Antes del edificio actual existió un templo
prerrománico y otro de estilo románico consagrado en el año 1069. La actual
catedral comenzó a edificarse por la cabecera en el siglo XV (1471) en estilo gótico (naves y capillas) y siguió en los siglos posteriores
con la portada sur y dos capillas perpendiculares a la nave en estilo
renacentista y la fachada principal en barroco del siglo XVIII.
Es de planta basilical con tres naves que se prolongan sobre la planta
románica y capillas entre contrafuertes y tres ábsides poligonales; las bóvedas
son de crucería. Los pilares que las sustentan no tienen capiteles sino que se prolongan
uniéndose con los nervios de las mismas. Tiene dos torres cuadradas a los pies,
con chapiteles de pizarra. El claustro es neoclásico de 1755.
- La
iglesia.
- El Archivo
diocesano, Archivo capitular y Museo.
- El
Hospital de San Juan Bautista, fundado en la Edad Media.
Casi
adyacente a la catedral se encuentra el Palacio Episcopal de Astorga, obra modernista del
arquitecto Antoni Gaudí, máximo
exponente del modernismo catelán, formando
ambos un armónico conjunto pese a las diferentes épocas en las que fueron
construidos.
Palacio episcopal. Gaudí.
En
León capital, se encuentra la Casa Botines, que junto con El Capricho de Comillas son las únicas obras de Gaudí fuera de Cataluña. La
construcción se llevó a cabo entre 1889 y 1915.
Cuando Gaudí recibió el encargo de construir el palacio episcopal estaba ocupado en diversos proyectos, como el Palacio Güell, los Pabellones Güell, Colegio de las Teresianas y la Sagrada Familia, por lo que no podía desplazarse a Astorga para estudiar el terreno y el entorno del nuevo edificio. Para no retrasar el proyecto le pidió al obispo que le enviase fotografías, dibujos y demás información del lugar, que le permitiesen comenzar a proyectar el palacio de manera que armonizase con las edificaciones de su entorno. Una vez hubo estudiado todo el material recibido, Gaudí preparó los planos del proyecto y los envió a Astorga.
El Palacio Episcopal de Astorga es un edificio que tiene un aire medieval, apropiado para su finalidad. Gaudí lo proyectó en estilo neogótico.
La piedra
en la que está construido (granito gris del Bierzo) es respetuosa con el
entorno, en especial con la catedral que se encuentra en la inmediata vecindad, así
como también con la naturaleza, que en la Astorga de finales del siglo XIX estaba
más presente que en la actualidad. No obstante, el edificio también incorpora
algunos de los elementos que caracterizarían a Gaudí en sus futuras obras, como
los arcos de la entrada principal y el volumen situado
encima de ella o las grandes chimeneas que de forma ostensible se integran en
las fachadas laterales.Cuando Gaudí recibió el encargo de construir el palacio episcopal estaba ocupado en diversos proyectos, como el Palacio Güell, los Pabellones Güell, Colegio de las Teresianas y la Sagrada Familia, por lo que no podía desplazarse a Astorga para estudiar el terreno y el entorno del nuevo edificio. Para no retrasar el proyecto le pidió al obispo que le enviase fotografías, dibujos y demás información del lugar, que le permitiesen comenzar a proyectar el palacio de manera que armonizase con las edificaciones de su entorno. Una vez hubo estudiado todo el material recibido, Gaudí preparó los planos del proyecto y los envió a Astorga.
El Palacio Episcopal de Astorga es un edificio que tiene un aire medieval, apropiado para su finalidad. Gaudí lo proyectó en estilo neogótico.
Vista parcial de la capilla del palacio.
La fachada presenta cuatro torres cilíndricas, y
está rodeada de un foso. El pórtico tiene tres grandes arcos abocinados, hechos con sillares
separados entre sí por contrafuertes
inclinados. La parte posterior presenta un ábside en la
capilla, rodeado de tres pequeños absidiolos. La planta baja contiene un gran
vestíbulo, del que parte la escalera noble, adquiriendo una gran altura que
permite la apertura de grandes ventanas, de forma triangular, que proporcionan
una gran luminosidad; este esquema recuerda un poco al utilizado en el Palacio Güell. La
estructura del edificio se sustenta en pilares con capiteles
decorados y en bóvedas de crucería sobre arcos ojivales de cerámica
vidriada. Se remata con un almenado de
estilo mudéjar.
Murallas
romanas, Palacio Episcopal y Catedral.
La Plaza Mayor, levantada en el
lugar que ocupaba el antiguo foro romano, del que se pueden visitar los restos
en el subsuelo, data de finales del siglo XVII, al igual que el edificio del Ayuntamiento. Este edificio es
uno de los más destacados ejemplos del barroco
civil en León, tiene dos torres gemelas, un gran
balcón de forja y lo corona el reloj en el que, dos autómatas con trajes
regionales maragatos, dan las horas.
Ayuntamiento, Plaza Mayor y
soportales
En los
soportales de esta plaza se esconden pequeños tesoros, como la botica de Primo Núñez,
construida en 1770 y que es una de las más antiguas de la provincia. Es
también la plaza en que todos los martes se celebra un mercado en el que se mezclan productos
agrícolas y artesanos de los alrededores de Astorga.
De la
bonanza económica de la ciudad a principios del siglo XX quedan muestras en
varios edificios modernistas,
el más destacable la Casa
Granell, está situada a la salida de las murallas por la Puerta del Rey.
Museos de indudable interés para visitar en Astorga son el Museo de la Catedral, el Museo de los Caminos y el Museo del Chocolate.
Museos de indudable interés para visitar en Astorga son el Museo de la Catedral, el Museo de los Caminos y el Museo del Chocolate.
Museo del
chocolate.
Monte
Teleno desde Astorga
CIUDADES Y PUEBLOS. VISITAS. ACTIVIDADES. 2ª ETAPA
2ª ETAPA: Día 6 de junio de 2014
ASTORGA –
VILLAFRANCA DEL BIERZO (León)
(19,4 km).
Salida: Foncebadón
(León) –> Cruz de Ferro –> Ermita de
Santiago -> Manjarín ->
El Acebo –> Riego de Ambros –>
Llegada:
Molinaseca
Comida: Molinaseca.
Alojamiento:
Albergue-Hospedería
San Nicolás el Real.
Villafranca del Bierzo.
(León).
FONCEBADÓN.
Situado a 1.430 m de altitud y con una población de
8 hab, (INE 2009). En el
Nomenclator del Obispado de Astorga de 1881 se recoge la cifra a 217 habitantes
y en la Guía de la Diócesis de 1930 se baja el número a 130. Hoy, según la
página web municipal, sólo queda uno empadronado. Auún así, Foncebadón es el
punto habitado más alto del Camino Francés.
Albergue Parroquial de peregrinos
Domus Dei.
Este Albergue tiene la particularidad de ser el más antiguo del Camino (casi
1.000 años).
Foncebadón es uno de los puertos de montaña más
elevados de los Montes de León, situado poco antes de llegar a la Cruz de Ferro, a un
par de kilómetros de uno de los grandes hitos del Camino de Santiago a su paso
por la provincia, discurre junto a un entorno de una gran riqueza de fauna y flora, además de miradores naturales de gran belleza
paisajística. Desde su cima se puede observar asimismo el entorno natural de
los Montes de
León, en las
cumbres más elevadas de este macizo.
El
pueblo comenzó a ser abandonado a finales de los años 60, principio de los años
70, debido mayoritariamente a las dificultades económicas que el pueblo tenía
en ese momento. Gran parte de la población emigró hacia Madrid u otras ciudades de
España en busca de empleo y de una vida alejada de la agricultura, la ganadería
o la minería, ya que estos eran los únicos oficios que ofrecían
Foncebadón
y sus aledaños. Pasados unos pocos años, toda la demografía del pueblo se
redujo drásticamente de un centenar de habitantes a dos personas.
Debido
al abandono masivo que sufrió el pueblo, este, como otras muchas localidades de
la región, fue víctima de saqueos que en la mayoría de casos dañaban seriamente
las casas que a los muy pocos años, acabarían derrumbándose sobre sí mismas,
tal y como pasó con la hoy reformada parroquia o el colegio.
CRUZ DE HIERRO.
La
Cruz de Hierro[] (Cruz
de Ferro en gallego,[] Cruz
de Fierro en leonés[][])
es un crucero que se halla en el punto más alto del Camino de
Santiago Francés,[] a unos 1500 msnm. Está situado
entre las localidades de Foncebadón y
Manjarín, pertenecientes al municipio de Santa Colomba de
Somoza.
Cruz de Ferro.
Está formada por un
poste de madera de unos cinco metros de alto coronado por una cruz de hierro, réplica de la
original conservada en el Museo de los Caminos de Astorga. En los últimos
años todo el conjunto sufrió varias agresiones, siendo cortado el poste y
sustraída la cruz.
En su base, con el
paso de los años, se ha ido formando un montículo. Una leyenda cuenta que
cuando se construyó la Catedral de Santiago de Compostela se pidió a los peregrinos que contribuyeran
trayendo piedra. En todo caso, la tradición es lanzar una piedra, traída del
lugar de origen del peregrino, de espaldas a la cruz para simbolizar que se ha
dejado atrás el puerto.
Ermita de Santiago, junto a la Cruz de
Hierro. Foncebadón
ERMITA DE SANTIAGO, JUNTO A LA CRUZ.
Flora y fauna
La fauna en torno al puerto de Foncebadón
es rica, los animales más característicos por estos montes son el corzo, el venado, el jabalí, la ardilla o el zorro. También el lobo hizo su aparición por estos lugares,
pero está en claro retroceso. Entre las aves destacar el buitre leonado, el águila real y la perdiz, además de muchas otras especies animales de menor
tamaño, roedores y reptiles La
flora del entorno es rica en especies arbóreas como enebro, abedul, haya y roble albar, así como algún pinar de repoblación ; matorrales como escobales, piornales y brezales, así como plantas y hierbas como el cardal, stellaria, calluna y helecho. El monte bajo también es rico en pastizales
MANJARÍN.
Situado junto al monte Irago, A 1.440 m de altitud, sus aguas pertenecen a la cuenca hidrográfica del Sil.
Hay resto de actividad minera atribuida a los romanos. Nace, probablemente, en el siglo XI al construir el ermitaño y monje Gaucelmo (constructor de la alberguería de Foncebadón) una alberguería para peregrinos, aunque su origen pueda ser anterior y estar ligado a la repoblación del Conde Gatón en el siglo IX. Sea como fuere su historia quedó ligada desde ese momento al Camino de Santiago.
La economía se sustentó durante siglos en la actividad ganadera, los beneficios del comercio debidos al Camino y una agricultura de subsistencia.
A mediados del siglo XX, como muchos otros pueblos de montaña, quedó despoblado, hasta que en 1993 un ermitaño llamado Tomás Martínez, al que recientemente se le ha sumado otro, retomaron la labor de "hospitaleros" del Camino de Santiago, continuando su actividad. En la actualidad el pueblo cuenta con nueve habitantes.
Situado junto al monte Irago, A 1.440 m de altitud, sus aguas pertenecen a la cuenca hidrográfica del Sil.
Hay resto de actividad minera atribuida a los romanos. Nace, probablemente, en el siglo XI al construir el ermitaño y monje Gaucelmo (constructor de la alberguería de Foncebadón) una alberguería para peregrinos, aunque su origen pueda ser anterior y estar ligado a la repoblación del Conde Gatón en el siglo IX. Sea como fuere su historia quedó ligada desde ese momento al Camino de Santiago.
La economía se sustentó durante siglos en la actividad ganadera, los beneficios del comercio debidos al Camino y una agricultura de subsistencia.
A mediados del siglo XX, como muchos otros pueblos de montaña, quedó despoblado, hasta que en 1993 un ermitaño llamado Tomás Martínez, al que recientemente se le ha sumado otro, retomaron la labor de "hospitaleros" del Camino de Santiago, continuando su actividad. En la actualidad el pueblo cuenta con nueve habitantes.
Descenso del puerto de
Foncebadón-Cruz de Hierro, hacia El Acebo-Molinaseca.
Vertiente berciana.
La localidad de Acebo
se encuentra en el interior de la comarca leonesa de El Bierzo, formando parte
integrante del municipio de Molinaseca, a 9,5 km de esta localidad, junto con
las otras poblaciones de: Castrillo del Monte, Molinaseca, Onamio, Paradasolana
y Riego de Ambrós.
Del total de la población del municipio, alrededor
de 20 habitantes se concentran en el núcleo de población de El Acebo, los
cuales gozan de un estupendo entorno natural a una altitud media de 600 metros
sobre el nivel del mar.
El Acebo.
El Acebo.
La
iglesia es del siglo XII de estilo románico, el retablo del siglo XVI Y Su
Estilo es Barroco. Tiene una espadaña con dos campanas; una de ellas se llama:
campana de Sta. Bárbara, y tiene un atributo para la jurisdicción del pueblo de
ACEBO DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL (el cual es su patrono). Cuando se aproximaba una
tormenta, si la campana se volcaba (volteaba),
la tormenta se desplazaba a otras zonas para que los rayos no dañaran a
personas, ni ganados, ni cosechas.
RIEGO
DE AMBRÓS.
Se encuentra a 920 m de altitud. Tiene una población
residente de 42 hab. (INE 2011), pertenece al término municipal de Molinaseca, de la que se encuentra a 6,1 km.
Riego de Ambrós.
Im 12. Jh. gab es hier ein Pilgerhospiz, das seit den
1990er Jahren einen modernen Nachfolger hat. En el siglo XII hubo un hospicio para los peregrinos,
que desde la década de 1990 tiene uno más moderno. Die einschiffige mit rechtwinkliger Apsis ist der heiligen geweiht.
El pueblo se encuentra en un descenso sinuoso y empinado, que comienza
en El Acebo y termina en Molinaseca.
Der Ort liegt
an einer kurvenreichen und steilen Abfahrt, die oberhalb von beginnt und in endet.De interés es la Iglesia parroquial de La Magdalena, en cuyo interior se puede
contemplar un retablo de estilo barroco.
El Acebo.
MOLINASECA.
Esta localidad de la comarca de El
Bierzo, tiene una pobalción de 794 hab. (INE 2009) y se encuentra a 580 m.
sobre el nivel del mar.
El origen y la
importancia de Molinaseca, está vinculado al Puente de los Peregrinos,
una construcción de planta románica que se eleva sobre el río Meruelo, de siete arcos.
En La Calle Real, jalonada de casonas, comienza el
pueblo, cuya parte histórica concluye a los pies del viejo crucero de piedra, Crucero
de Santo Cristo, dos símbolos inequívocos de su tradición jacobea.
En la Edad Media,
Molinaseca perteneció a un Señorío que dependía directamente de la autoridad
real Alfonso VI. El primer Señor de la villa fue el conde Ramiro Froilaz,
sobrino del Cid Campeador.
De este periodo, el
siglo XI, datan sus primeras ermitas y hospitales: Ermita de Ntra. Sra. de las
Angustias, de Santa Marina, del Hospital, de San Roque.
En 1605, a
principios del siglo XVII, existieron minas de hierro en las cercanías de la
localidad.
PUENTE DE LOS
PEREGRINOS
El paso del río Miruelo o Meruelo, en Molinaseca, se realizaba por el
“Puente Medieval” que da acceso a su Calle Real.
El puente, “de bella factura y bonita estampa”, y el único peatonal del
Bierzo, identifica a la villa. La fábrica de las tres bóvedas más antiguas -hoy
embotadas en el conjunto del puente- sugiere, según algunos autores, un origen
romano.
Es copiosa la documentación que existe del mismo a partir del siglo XII.
Sufrió a lo largo de la historia varias ampliaciones y modificaciones. Una muy
importante en el siglo XVIII. La última, modificación o restaauración se
realizó en l980.
Puente
de los Peregrinos sobre el río Meruelo.
CALLE REAL
El puente y
la Calle Real han ordenado, desde siempre, la vida urbana de la villa y ha
sido, y es, el paso tradicional del peregrino.
Se extiende
desde el Puente (Este) hasta el Crucero (Oeste). Luce el señorío y la
distinción de sus casas de piedra, de sus casonas y palacios. Las casas nobles recuerdan
glorias pasadas: la casona de D. Pelegrín,
con torreón en esquina, la casa fuerte de
los Balboa –hoy casa rural de hospedaje-, el palacio de los Cangas y Pambley,
con bellas fachadas entre dos torres y magníficos
escudos, la casona blasonada, solar de la familia de los Valcarce-Ossorio.
A un lado de la calle, cerca de la iglesia de San Nicolás, se asentaba
(S. XIII) el barrio franco, tan importante en las villas jacobeas. Calles
estrechas y recoletas se abren perpendiculares a la Calle Real. Unas corren
hacia el río (Norte), otras, hacia la montaña (Sur). Aquí, se desdobló la Calle
Real en otra paralela.
Las casas se alinean muy juntas, separadas por estrechos callejones en
los que apenas cabe una persona; el espacio lo ocupa totalmente el vuelo de los
tejados; no existen en estos casos muros medianiles.
Este esquema de calle principal y calles menores (paralelas) con
callejones transversales es un ejemplo urbanístico del Camino de Santiago, como
se puede observar en Puente La Reina, Santo Domingo de la Calzada o Redecilla
del Camino en la provincia de Burgos.
SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS
Se
levanta a la derecha del Camino de Santiago. Sus orígenes se relacionan
seguramente con una pequeña ermita del S. XI.
La torre a los pies, su cabecera metida en la montaña, su cúpula transparente y sus pórticos laterales, con arquería de medio punto, pertenecen a finales del S. XVII.
En el interior, destacan la cabecera con su gran cúpula y linterna, un
majestuoso retablo de la escuela de CHURRIGUERA -con el relato en relieve de
los pasajes fundamentales de la vida de MARIA-; y una Reja -con importantes
datos sobre la historia del Santuario- divide en dos el recinto.
La imagen Titular es una hermosa talla, influenciada por la escuela de
Becerra.
Virgen de las Angustias.
En el segundo cuerpo de la torre, descuella la hermosa estatua en piedra
de la imagen Titular, vinculada al influjo de la escuela vallisoletana de
Gregorio Fernández.
En tiempos pasados, sus puertas han tenido que ser protegidas con chapas
de hierro, porque devotos y peregrinos se las iban llevando en pequeñas
astillas como reliquia.
IGLESIA DE SAN NICOLÁS
Aunque en
Molinaseca se encuentra el Santuario de las Angustias, (que está justo
enfrente, al otro lado del río), ésta es la iglesia utilizada para el culto y
las celebraciones religiosas, encontrándose en su parte posterior el Cementerio
de Molinaseca. Se encuentra en un promontorio, justo por encima del puente
romano,
al que se accede, bien por medio de unas estrechas escaleras, bien dando toda
la vuelta por la empinada calle que la rodea.
Emplazada en lo alto de un pequeño montículo de roca-
a modo de fortaleza- la Iglesia de San Nicolás en Molinaseca destaca por su
elevada y elegante torre, que muestra un reloj centenario de grandes
proporciones y una hornacina con la escultura de San Nicolás de Bari (obispo y
Santo titular del templo).
La iglesia parroquial fue construida en el siglo XVII
y muestra una interesante portada neoclásica. El interior consta de tres naves
separadas por pilares de piedra y arcos de medio punto, con cúpula ciega en el
crucero sobre pechinas.
Alberga numerosos retablos barrocos, un bello sagrario
renacentista, una magnífica talla gótica del Crucificado, y una hermosa
cajonería del siglo XVII en la Sacristía.
El retablo mayor es churrigueresco, obra de Pedro
Núñez de Losada en 1674. Ocupa el centro la imagen de San Nicolás, y está
culminado con una singular talla de Cristo Resucitado.
Es un templo
neoclásico, de planta basilical, en el que destaca su altísima torre
campanario, decorada con un reloj centenario y la imagen del obispo San Nicolás
de Bari en una hornacina. Tiene tres naves y fue construida en sillería en el
siglo XVII. En el interior tiene varios retablos barrocos, destacando el Mayor,
de estilo churrigueresco, así como una talla gótica de un Cristo crucificado y
un sagrario renacentista en las naves laterales.
CRUCERO DE SANTO CRISTO
El crucero se levanta sobre una basa o plinto de planta cuadrada y
cuatro escalones, de granito basto. Sobre ellos se alza la cruz de piedra. La columna
del crucero es octogonal con aristas. Al crucero se le ha añadido un Cristo
Crucificado, un tanto teatral, enmarcado en una vitrina-relicario que lo
cobija. Aunque el actual crucero no parece medieval, sí ocupa el mismo lugar
que tuvo otro anterior.
Hoy, el Crucero del Santo Cristo es un testigo más del viejo camino
compostelano, que nos sigue marcando el pasado y el presente de la ruta.
VILLAFRANCA DEL BIERZO.
Se sitúa al oeste de la comarca de El Bierzo, en la provincia de
León. En ella
confluyen los ríos Burbia y Valcarce. Dada su proximidad a Galicia, es uno de los municipios leoneses en los
que se habla gallego.
El
Bierzo recibe su nombre de la antigua denominación romana Bergidum Flavium. Situada a 500 m sobre el nivel del mar, tiene una
población de 3.316 hab (INE 2013).
HISTORIA.
Hachas neolíticas, una punta de lanza de bronce y un
supuesto ídolo de la Edad del Bronce, conservados en el museo de San Nicolás el real (PP. Paúles), son los testigos materiales de una población que tendría ya cierta
importancia en época prerromana y romana, a la vista de los abundantes restos.
El cercano Castro de la Ventosa, nos
da fe del emplazamiento de la primitiva ciudad celta de Bergidum, luego trasladada a Cacabelos con el nombre de Bergidum
Flavium como capital del Convento Jurídico de Astorga. Por la zona discurrirían las calzadas prerromanas
XIX y XX mencionadas en el Itinerario de Antonino.
La cita más antigua conocida sobre la zona es de época
de Bermudo I el
Diácono, por el año 791, como lugar de
una batalla, librada junto al Burbia, entre los musulmanes que regresaban de Galicia y los cristianos del rey asturiano, quedando
diezmadas sus huestes en la refriega y cediendo la corona a su sobrino Alfonso II el Casto.
El comienzo de las peregrinaciones a Compostela, tras el descubrimiento del cuerpo
del Apóstol en el año 813, y las dificultades para atravesar el Camino hacen
que vayan surgiendo núcleos privilegiados para asistencia de los peregrinos y
Villafranca sería la antesala del angosto valle del río Valcarce, constituyendo el término de una de
las jornadas de peregrinación a Santiago en el Codex Calixtinus. (Rabanal-Villafranca-Triacastela).
Aunque la leyenda relacione los orígenes de
Villafranca con los vaqueiros de Tineo y Luarca que bajaban a las brañas de Valdeprado y Leitariegos y que, deseando valles de mayor
bonanza, confiaron la búsqueda en una vaca blanca que vino a asentarse en
Villafranca, el origen más propio se asocia al monasterio de Santa María de Cluniaco ó Cruñego, donde benedictinos franceses de Cluny –los monjes negros- se asientan en 1070 bajo el reinado de Alfonso VI, para atención de los peregrinos
franceses y trayendo, entre otras cosas, el cultivo de la vid. También se
asocia a los hospitales para atención de peregrinos que surgen a lo largo de la
Ruta.
Junto con lo anterior, se fue formando un burgo de francos, peregrinos
franceses que permanecerían en estas tierras y que daría el nombre “villa
francorum” e importancia a la población. Sin duda se establecerían también
judíos, gallegos y gentes de otras tierras. También se habla de villa sin
franquicias.
Una descripción de un documento del archivo del
monasterio de Santiago de finales del siglo XV, nos habla de “sus calles estrechas y, debido a este
trazado y a su oscuridad, se cometían durante la noche toda clase de delitos.
Había en ella muchos pobres y no disponían de bienes propios. Sus vecinos eran
campesinos que vendían en las puertas de sus casas: vino, panes, pescado,
fruta, aceite, paja, cebada, carneros y cabritos.
En 1486, los Reyes Católicos convierten el Señorío en Marquesado de Villafranca del Bierzo a favor de Luis Pimentel
y Pacheco –hijo del
Conde de Benavente- .
También pasó por Villafranca el emperador Carlos V cuando se dirige a Santiago para
convocar las Cortes de 1520, origen de la guerra de las Comunidades. Aquí recibió a una comisión de
castellanos que solicitan se celebren las Cortes en Castilla.
En los siglos XIV y XV, se desarrolló un núcleo de
artesanos y una incipiente burguesía gremial que daría auge y esplendor a la
villa y que iría en aumento en años sucesivos, como demuestran los importantes
edificios (Castillo, Colegiata y conventos de la Concepción, San José, San
Nicolás, la Anunciada, la Divina Pastora,…) que se construyen a lo largo del
XVI y XVII.
En los siglos XVII y XVIII llegó a ser un destacado centro comercial,
artístico y cultural.
También fue en esta época la capital religiosa de El
Bierzo.
En junio de 1808 destacó la villa por ser Cuartel
General del Ejército de Galicia. Saqueada tres veces por los fugitivos ingleses
en la guerra de la Independencia, sería esquilmada por los franceses, que
también la ocuparon.
El 27 de enero de 1822 se crea la Provincia de
Villafranca del Bierzo por decreto de las Cortes , que incluía El Bierzo y Valdeorras (actualmente en la provincia de Orense). En junio fue
constituida la primera Diputación de la nueva provincia, con capital en la
Villa y abarcando además de ésta, las villas de Toreno, Ponferrada, Bembibre y El Barco de
Valdeorras, entre otras, hecho que solo duraría diez años pues la nueva división
administrativa decretada el 30 de noviembre de 1833 repartiría su territorio
entre las nuevas provincias de Orense y León.
Hasta mediados de siglo XX mantuvo su hegemonía dentro
de El Bierzo gracias a su destacado papel en lo funcional, administrativo y
demográfico. La base económica se centraba en la artesanía, el comercio local,
las ferias y las actividades administrativas. A principios del siglo XX era el
tercer núcleo provincial en importancia y población tras la capital y Astorga, quedando ahora relegado por otros núcleos,
especialmente Ponferrada, aunque se sitúa en la primera línea de importancia
turística, gracias a su belleza y al paso de las peregrinaciones, que en la
segunda mitad de este siglo han renacido con especial fuerza en toda Europa.
PATRIMONIO ARTÍSTICO Y MONUMENTAL.
SAN NICOLÁS EL REAL (PP. Paúles).
Está situado en el centro de Villafranca del Bierzo. Fundado en el siglo XVII, como colegio ordinario de la Compañía de Jesús, cuya doble función docente y religiosa, fue determinante en su diseño arquitectónico.
Se funda en el S. XVII por D. Gabriel de Robles, quien deja en su testamento rentas para hacer la fundación de un colegio de la Compañía de Jesús, cuyos objetivos eran la creación de un colegio para niños y estudios de Teología para los que quisieran ser religiosos.
En el año 1.767 los Jesuítas son expulsados aunque se siguen impartiendo clases. Se traslada a la Iglesia la anterior Parroquia de San Nicolás quemada en un incendio.
En el año 1.822 se utilizó como sede de la Diputación Provincial al ser Villafranca capital de provincia.
Posteriormente pasa a manos de los herederos del fundador, que venden el edificio a los PP. Paúles en 1.899, creando un colegio hasta el año 1.983 en que deja de funcionar como tal.
Las obras comienzan en 1.620 aunque la Iglesia es un poco posterior hacia la mitad del S. XVII siendo la fachada y el claustro lo más tardío, posiblemente de finales del S. XVII o XVIII y se observan influencias gallegas.
La fachada posee dos cuerpos que se separan por una cornisa y rematados por un frontón con el escudo de la Compañía de Jesús.
La Iglesia se sitúa en el centro y a ambos lados deberían ubicarse sendos claustros aunque solamente está construída el ala de la derecha. Posee planta de cruz latina dividiendose la nave en varios tramos. Tiene bóveda de lunetos y cúpula sobre pechinas.
En el interior de la Iglesia se custodia la imagen del patrón de Villafranca el Santísimo Cristo de la Esperanza , talla sorprendente situada en el primer cuerpo del tramo central del retablo, obra del S. XVII, realizado en madera sin dorar con tallas como la de San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, San Francisco de Borja y un calvario entre otras.
Existe otro retablo a la derecha dedicado a San Vicente de Paúl y otro a la izquierda dedicado a la Milagrosa.
Se puede visitar en el interior del edificio un valioso museo de Ciencias Naturales.
El Claustro está decorado con escenas de la vida de San Vicente de Paúl y pintado al fresco, una de las técnicas más antiguas de la Historia del Arte donde el color conserva la viveza de lo recién pintado, lo hace resistente al paso de los años y aún de los siglos.
Los personajes históricos que aparecen en las ocho composiciones vivían realmente en las fechas en las cuales el edificio se construyó y están en consonancia con el estilo barroco del claustro.
Como era habitual en los frescos renacentistas el autorretrato del autor aparece entre los personajes representados y en este caso se le puede localizar en el último fresco del ala izquierda, en el rincón contiguo al fresco de “San Vicente en las galeras”.
Este singular conjunto arquitectónico, que ha sido declarado bien de interés cultural se ha adecuado para albergue de peregrinos de categoría superior y calificación de tres cochas.
Se funda en el S. XVII por D. Gabriel de Robles, quien deja en su testamento rentas para hacer la fundación de un colegio de la Compañía de Jesús, cuyos objetivos eran la creación de un colegio para niños y estudios de Teología para los que quisieran ser religiosos.
En el año 1.767 los Jesuítas son expulsados aunque se siguen impartiendo clases. Se traslada a la Iglesia la anterior Parroquia de San Nicolás quemada en un incendio.
En el año 1.822 se utilizó como sede de la Diputación Provincial al ser Villafranca capital de provincia.
Posteriormente pasa a manos de los herederos del fundador, que venden el edificio a los PP. Paúles en 1.899, creando un colegio hasta el año 1.983 en que deja de funcionar como tal.
Las obras comienzan en 1.620 aunque la Iglesia es un poco posterior hacia la mitad del S. XVII siendo la fachada y el claustro lo más tardío, posiblemente de finales del S. XVII o XVIII y se observan influencias gallegas.
La fachada posee dos cuerpos que se separan por una cornisa y rematados por un frontón con el escudo de la Compañía de Jesús.
La Iglesia se sitúa en el centro y a ambos lados deberían ubicarse sendos claustros aunque solamente está construída el ala de la derecha. Posee planta de cruz latina dividiendose la nave en varios tramos. Tiene bóveda de lunetos y cúpula sobre pechinas.
Existe otro retablo a la derecha dedicado a San Vicente de Paúl y otro a la izquierda dedicado a la Milagrosa.
Se puede visitar en el interior del edificio un valioso museo de Ciencias Naturales.
El Claustro está decorado con escenas de la vida de San Vicente de Paúl y pintado al fresco, una de las técnicas más antiguas de la Historia del Arte donde el color conserva la viveza de lo recién pintado, lo hace resistente al paso de los años y aún de los siglos.
Los personajes históricos que aparecen en las ocho composiciones vivían realmente en las fechas en las cuales el edificio se construyó y están en consonancia con el estilo barroco del claustro.
Como era habitual en los frescos renacentistas el autorretrato del autor aparece entre los personajes representados y en este caso se le puede localizar en el último fresco del ala izquierda, en el rincón contiguo al fresco de “San Vicente en las galeras”.
Este singular conjunto arquitectónico, que ha sido declarado bien de interés cultural se ha adecuado para albergue de peregrinos de categoría superior y calificación de tres cochas.
COLEGIATA DE SANTA MARÍA.
La Colegiata de Santa María del Cluniaco, Coruniego o Cruñego tuvo sus orígenes en un monasterio benedictino erigido en el siglo XII, con hospedería aneja para atender a los peregrinos franceses que pasaban por Villafranca del Bierzo, camino de Compostela. Los restos de esta antigua abadía se han perdido, ocultos por la Colegiata moderna.
La Colegiata de Santa María del Cluniaco, Coruniego o Cruñego tuvo sus orígenes en un monasterio benedictino erigido en el siglo XII, con hospedería aneja para atender a los peregrinos franceses que pasaban por Villafranca del Bierzo, camino de Compostela. Los restos de esta antigua abadía se han perdido, ocultos por la Colegiata moderna.
Colegiata de Santa María. Villafranca del Bierzo
La decadencia del monasterio comienza a principios del siglo XIV unida al declive de las peregrinaciones, y a principios del siglo XVI, si bien el monasterio sigue en pie, ha perdido todo su esplendor material y espiritual.
Por todo ello, en 1529, a instancias del entonces virrey de Nápoles, don Pedro Álvarez de Toledo y Zúñiga, la abadía de monjes se convierte en Colegiata de canónigos, procediéndose a su reedificación con pretensiones monumentalistas a la manera de las grandes basílicas romanas del Renacimiento.
A finales del siglo XIX se convirtió en parroquia de la Asunción, dentro del obispado de Astorga; funciones parroquiales y dependencias que persisten en la actualidad.
La Colegiata constituye una interesante muestra de la arquitectura berciana del siglo XVI, aunque su terminación se produzca doscientos años después.
El templo tiene planta de salón, con tres naves y cabecera poligonal de cinco lados iguales. El primer tramo es el crucero, que no sobresale en planta, pero sí en altura; el segundo con dos capillas laterales, que sobresalen en planta pero en alzada se quedan a mitad de altura de las naves laterales, en el centro del segundo tramo encuadrado por cuatro grandes pilares, se encuentra el coro capitular. El primitivo proyecto contemplaba cinco tramos, pero los dos últimos no llegaron a construirse, quedando así un templo desproporcionado.
Colegiata de Santa María. Villafranca del Bierzo
En su interior, el templo destaca por la gran variedad de las cubiertas que van desde la bóveda poligonal con nervios de la capilla mayor, hasta las bóvedas de crucería estrelladas más o menos complicadas que cubren la sacristía, y capillas, la cúpula sobre pechinas coronada por linterna y nervatura radial, en la parte central del crucero, y la del coro radial con circunferencia en medio.
Colegiata de Santa María. Villafranca del Bierzo.
Retablo de la Colegiata.
La torre tiene varios cuerpos cúbicos, con óculos en el centro, el superior octogonal con cuatro huecos de arco de medio punto entre pilastras para las campanas, por encima del cual se levanta un pequeño templete con ocho huecos, rematando el conjunto aguja y pequeña esfera.
Colegiata de Santa María. Villafranca del Bierzo
Originalmente se trataba de un monasterio de la orden de Cluny, donado (entre otros) por la Reina Doña Urraca I de León a dicha orden en 1110.
Los monjes de Cluny daban acogida a los peregrinos que hacían el Camino de Santiago, mientras que a partir de 1118 los caballeros de la orden del Temple de Hugo de Payens y Godofredo de Saint- Adhemar les ofrecían protección en su caminar.
IGLESIA DE SANTIAGO
Templo Románico cuya fecha de construcción probable
parece ser de finales del S. XII, año 1.186. En los Años Santos Compostelanos,
en caso de que algún peregrino que no pueda continuar hasta la Catedral de
Santiago por enfermedad o accidente y haber recorrido la distancia necesaria,
haberse confesado, asistido a la Eucaristía y haber rezado por las intenciones
de la Iglesia (igual que en la Catedral de Santiago), se le abre la Puerta del
Perdón para que gane las Gracias Jubilares. Siendo esta la única puerta de todo
el Camino de Santiago junto con la de la Catedral en la que se pueden ganar las
Gracias Jubilares.
Iglesia
de una sola nave rectangular cubierta con bóveda de cañón. Cabecera terminada
en una capilla rectangular rematada por un imponente ábside de tambor o
semicircular. La cabecera va cubierta con un tramo de bóveda de cañón seguido
de un casquete esférico.
Iglesia de Santiago. Villafranca del Bierzo.
El
ábside se compone de tres paños separados por columnas adosadas, y en cada paño
una ventana de medio punto que apean sobre dos columnillas, en cuyos capiteles
podemos observar diversas figuras como son aves, animales fantasticos y una
pareja abrazandose. El ábside esta construido con sillares desiguales y en sus
arcos destaca la decoración conocida como "taqueado jaques" Una
moldura horizontal corre por la totalidad del ábside por debajo de las
ventanas.
Se
cubre la iglesia con techumbre de madera a dos aguas y sobre ella cubierta de
lajas de pizarra todo ello fruto de una moderna restauración.
Dispone de una capilla y una sacristía, añadidas en el siglo XVIII, en su lado sur.
La iluminación de la iglesia se consigue por siete ventanas con arcos de medio punto, tres en cada uno de los muros laterales y la septima sobre la fachada principal.
Dispone de una capilla y una sacristía, añadidas en el siglo XVIII, en su lado sur.
La iluminación de la iglesia se consigue por siete ventanas con arcos de medio punto, tres en cada uno de los muros laterales y la septima sobre la fachada principal.
Iglesia
de Santiago. Ábside. Villafranca del Bierzo.
Es un Templo sencillísimo de una sola nave con Capilla
Barroca del S. XVIII en un lateral de la Iglesia. Construída con sillares
desiguales resulta interesante su ábside con tres ventanas decorados sus arcos
con el conocido "Taqueado Jaqués".
Destaca en el exterior su portada norte llamada
"Del Perdón", constituyendo un magnífico ejemplo de escultura dentro
de la provincia de León; sus arquivoltas algo apuntadas tienen decoración de
media caña laas dos primeras la tercera motivos vegetales y la última un
apostolado que remata en el centro con un Pantocrátor. Sus capiteles
representan la Crucifixión, los Reyes Magos, la Epifanía, hojas de acanto,
animales fantásticos… Ya en el interior, podemos admirar un valioso Crucifijo
del S. XIV.
Iglesia
de Santiago. Villafranca del Bierzo.
Portada del Perdón.
Portada del Perdón.
Dentro de la Capilla Barroca, en su retablo, se cobija
la talla de la Virgen de las Angustias, S. XVI, que constituye un paso muy
representativo de la Semana Santa villafranquina. En el mismo retablo aparecen
escenas de la Pasión de Cristo.
Existen en la Iglesia además otras tallas: la Virgen
del Carmen, Santiago, San Blas y Santa Agueda.
Finalmente
su portada de acceso es muy simple formada por tres arcos sin columnas.
CASTILLO
Fue en el año 1486
cuando se creó el Marquesado de Villafranca, por disposición de los Reyes
Católicos.
Según documentación
hallada y de acuerdo con los restos que todavía quedan, se sabe que aquí hubo
otro castillo conocido con el nombre de "Fuerza". Se conservan las
siguientes palabras de 1515: "abeis
comenzado a labrar una fortaleza en la villa de Villafranca en un sitio antiguo
en que solía aver cierta manera de fuerza". Doña Juana, hija del Conde
de Lemos, concedió permiso para levantar la nueva fortaleza, que es la que hoy
existe.
El Castillo fue
contruido por la familia de los Álvarez de Toledo en 1490, primeros marqueses
de Villafranca, y más concretamente por Pedro de Toledo.
Hoy día el castillo es propiedad de doña Maria Manuela Caro y Carvajal, hija del conde de Peñarramiro y esposa del famoso compositor y director de orquesta, Cristóbal Halffter.
Hoy día el castillo es propiedad de doña Maria Manuela Caro y Carvajal, hija del conde de Peñarramiro y esposa del famoso compositor y director de orquesta, Cristóbal Halffter.
Aunque de origen
bajomedieval su actual estructura corresponde prácticamente al siglo XVI.
Es de planta
cuadrangular y poseé cuatro torreones en sus ángulos que apenas sobresalen de
la altura del castillo. Esta construido fundamentalmente en mamposteria, usando
pizarra y otros elementos. Es caracteristico por su poca altura y el grueso de
sus grandes torres.
El castillo consta de tres pisos en los que están
distribuidas las diferentes dependencias. Las cuadras están en los sótanos.
Los cubos de tres
plantas, abiertos por medio de sencillos ventanales relativamente modernos. Una
cornisa de arquillas de ladrillo corona estos cubos, asemejando matacanes sólo
decorativos que sostienen un débil parapeto con simuladas almenas. La cubierta
de las torres -otro dato muy peculiar- está realizada a base de chapiteles de
pizarra con formas puntiagudas, dificilmente comparables con las de ningún otro
edificio de esta naturaleza.
Como se ha dicho la
conservación de este castillo es bastante satisfactoria. La fachada noroeste
conserva los antiguos merlones rectangulares, característicos del renacimiento,
perfectamente emplazados para utilizar armas de fuego; no ha corrido igual
suerte un recinto irregular más antiguo, que arrancaba del lado de dicha
fachada en dirección al río, del cual apenas quedan señales, creyéndose, con
fundamento, que pudiera tratarse de los restos del primer castillo. Otra de las
particularidades de este recinto es que cuenta con una terraza de naves
abovedadas, destinada a una plataforma para cañones.
El castillo tiene
tres pisos con sus correspondientes sótanos, y en buena parte está recubierto
por un tejado de pizarra a dos aguas, con ciertas reminiscencias escurialenses,
cosa poco repetida en los castillos españoles. Los pisos de la torre son de
madera, realizándose la entrada por un pasadizo, desde el patio.
Su puerta principal
se encuentra realizada en ladrillo y encima encontramos el escudo de don
Fadrique Toledo y Osorio, tercer marqués de Villafranca del Bierzo. Otros
escudos repartidos por el castillo son los de Zuñiga, segundo marqués de
Villafranca, el de Osorio, de Luis Pimentel Pacheco, primer marqués de este
linaje, casado con Juana Osorio y Barazán, y finalmente el del conde de
Benavente fallecido en 1461.
Se asemeja mas a
una tipólogia castillo-palacio que a un castillo-fortaleza.
Fue destruido durante la guerra de la independencia por los ingleses y usado como prisión. Posteriormente fue reconstruido a finales del siglo XIX por el conde de Peñarramiro, propietarios del castillo en ese momento.
Fue destruido durante la guerra de la independencia por los ingleses y usado como prisión. Posteriormente fue reconstruido a finales del siglo XIX por el conde de Peñarramiro, propietarios del castillo en ese momento.
PATRIMONIO NATURAL DE
VILLAFRANCA DEL BIERZO.
El medio natural de Villafranca y su área de influencia
atesora una enorme riqueza y diversidad debido a su situación en la confluencia
de dos
regiones biogeográficas que aquí se entremezclan armónicamente, la eurosiberiana,
simbolizada por las lluvias atlánticas, las brumas, los robles, abedules y acebos y la mediterránea, más cálida
y seca, en la que reinan las encinas,
alcornoques y madroños.
Desde las frías y escarpadas cumbres de Pedra Cabalar,
Pena Rubia, Tres Obispos y Corno Maldito hasta las suaves colinas de viñedos, a través de los distintos pisos
bioclimáticos, el paisaje se va transformando con sorprendente naturalidad.
Tierras de montaña, de verdes valles y cristalinos
ríos, arroyos y fuentes, que constituyen un conjunto paisajístico, botánico,
fáustico y humano de enorme riqueza y atractivo. El secular aislamiento y la
voluntad de sus gentes, han mantenido relativamente intactos unos ecosistemas
naturales, bellos, diversos y un patrimonio arquitectónico y cultural único.
Bosques
de ribera que se mezclan en armonía con los aprovechamientos humanos
tradicionales. Encinares y alcornocales en los que se sigue
aprovechando el corcho. Viejos y ancestrales bosques “morteiras" en las cabeceras de los valles, sustentando un
impresionante tesoro biológico. Lleras
y penedos que conforman un paisaje
mágico.
Villafranca del Bierzo.
Estos magníficos enclaves acogen pueblos hospitalarios
llenos de singularidad y armonía con su entorno, rodeados de belleza y de paz,
que aún conservan mitos, leyendas y costumbres más cercanos a la tierra. Sus
habitantes, pastores, agricultores y artesanos, han ido modelando a través de
los tiempos, un complejo entramado de praderas, huertos, sendas, pastos de
altura y brañas. Estas últimas, como
las Alzadas de Villar o Campo del Agua, son alojamientos estivales para ganados
y pastores, desde tiempos inmemoriales.
El árbol, presente en todos los paisajes, enraizado en
la cultura popular, sombra y orientación para el caminante o presidiendo las
plazas y lugares de culto. Los grandes árboles, símbolos asociados a la
inmortalidad, testigos de otros tiempos.
En los soutos
de nuestros pueblos sobreviven castaños
monumentales, aquellos que durante siglos alimentaron a personas y bestias.
Ejemplos como el Mirandelo, de Pobladura de Somoza, visible desde toda
la hoya berciana, el verrugoso de Porcarizas
o el Campano de Villar de Acero,
considerado como el más grande de la Península.
En las cabeceras de los valles, bosques húmedos,
acariciados por las brumas, como los de A
Morteira dos Camposos, Barantés,
Rodimeo, Morteira de Pedra Cabalar.
Últimos reductos de las selvas originales que un día poblaron estas tierras,
esconden en su interior grandes ejemplares de robles, pradairos, abedules, capudres, tejos y acebos.
Refugios de la fauna de la Cordillera Cantábrica,
aquí sobreviven criaturas emblemáticas como el oso pardo, lobo, urogallo, pito negro, jabalí, corzo, ciervo, rebeco, águila real y
culebrera, búho real, perdiz pardilla, lagarto verdinegro y lagartija colilarga.
Valle abajo, En Puente de Rey, existe, magníficamente
conservado, por sus habitantes, a través de generaciones, un bosque
mediterráneo de encinas,
sufreiros (alcornoques) y madroños, del que hasta tiempos
recientes, se obtenían por arcaicos procesos artesanales, carbón vegetal y
corcho.
Y el rió Burbia, vivo, cristalino y
multicolor, auténtica columna vertebral, arropado por sus bosques de ribera
rebosantes de humeiros, álamos, fresnos y salgueiras,
regalando vida, sensibilidad y belleza a todo este variado ecosistema.
En este
relato no podemos olvidar el arbolado urbano, que por su significación y
belleza merece especial atención.
En Villar de Acero, Teixeira y Porcarizas se pueden
contemplar varios Tejos de buen porte
integrados en el caserío, como símbolos ancestrales de eternidad, protección y
sabiduría.
En la campa de Fombasallá, situada en un monte de
Paradaseca, desde donde se divisa todo el Bierzo, tres enormes pradairos –arces- custodian una vieja
ermita en un lugar de culto ancestral.
Ya en Villafranca, el Ciprés del Convento de la Anunciada, auténtico hito en el paisaje,
es el más grande y viejo de España. Testigo vivo de los últimos cuatro siglos
de la historia del Convento y de Villafranca. La Glicinia de la antigua fábrica de alcohol es todo un espectáculo
con su desbordante floración primaveral, así como los monumentales magnolios del jardín de la casa
Luna-Beberide.
Y en el corazón de la Villa, El romántico jardín de La Alameda, con el recuerdo de
los viejos olmos desaparecidos, refleja un bello deseo de recrear la naturaleza
añorada.
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