¿Quién fue Santiago? Orígenes del Camino.
El Camino es el fin, y la tierra, polvorienta y de
asfalto, es el medio de transitar por él. El Finis Terrae romano y anteriormente celta es el destino de miles de personas durante estos años de
comienzo del milenio. Parece ser que antes de la aparición del cuerpo del
apóstol Santiago ya se iba a Finis Terrae, y allí miles de hombres
sintieron aquel "religioso
horror" al ver apagarse el sol en las aguas del océano.
El resurgimiento peregrinal, sobre todo desde el Año
Jacobeo -1993- es un hecho que los estudiosos sociales tendrán que analizar.
La mezcla de reto deportivo con religiosidad, con búsqueda de lo
auténtico y de uno mismo, todo ello escoltado por estilos románicos y góticos,
entre caballeros templarios y monjes benedictinos, entre hayas y trigos, entre
castaños y carvallos, entre leyendas y milagros hacen del Camino de Santiago
una experiencia singular. El marketing de las diferentes Comunidades Autónomas
ha hecho el resto. Para muchos el recorrido del Camino de Santiago se convierte
en peregrinaje cuando se encuentran con las raíces religiosas e históricas de
Europa, cuando renuevan un camino de transformación interior, y cuando caminan
al ritmo de otros siglos.
Desde el descubrimiento de la tumba del Apóstol
Santiago en Compostela, en el siglo IX, el Camino de Santiago se
convirtió en la más importante ruta de peregrinación de la Europa medieval. El
paso de los innumerables peregrinos que, movidos por su fe, se dirigían a
Compostela desde todos los países europeos, sirvió como punto de partida de
todo un desarrollo artístico, social y económico que dejó sus huellas a lo
largo de todo el Camino de Santiago.
El centro de la tradición jacobea es la creencia de
que el cuerpo de Santiago está enterrado en el sepulcro de Compostela. Corría
el año 813 después de Cristo cuando
el obispo de Iria Flavia, Teodomiro,avisado
por el eremita Pelayo de la
existencia de unas luces misteriosas, informó al rey asturiano Alfonso II del descubrimiento milagroso de una tumba
que contenía los restos mortales del apóstol Santiago. Según la leyenda, los
discípulos de Santiago en el año 42 robaron el cuerpo de Palestina, donde le
habían decapitado, y le embarcaron en una nave que con una tripulación
angelical llegó a Iria, en la
confluencia del Sar y el Ulla (actualmente la ría de
Arousa). En cuanto atracaron, el cuerpo del apóstol fue llevado por los aires
12 millas hasta el lugar donde hoy se le venera.
Sepulcro del apostol Santiago |
Hay varios Santiagos en el Nuevo Testamento, por ello
es preciso identificar bien a nuestro Santiago, al que se le añade el
apelativo: "Santiago, el Hijo de
Zebedeo o el Mayor". Era el hermano mayor de Juan, el Apóstol, y
originarios de Betsaida habitaban en la cercana Cafarnaún, trabajando en el
negocio familiar de pesca en las riberas del Lago de Genesaret; pertenecían,
pues, a una familia de modestos propietarios con su padre Zebedeo.
Estaban asociados con otra pareja de hermanos, Pedro y
Andrés, en la industria de la pesca del lago para cuyo trabajo contaban con
empleados ocasionales. De este círculo de pescadores, Jesús se llevó sus cuatro
primeros discípulos: Pedro y su hermano Andrés, Santiago y su hermano Juan.
Santiago, pues, gozaba de especial confianza y relación con Jesús, como uno de
los discípulos básicos, destacándose con Pedro y Juan del resto de los
discípulos, obteniendo el puesto de testigo privilegiado en los momentos más
importantes. El mismo Jesús apodó a Santiago y a Juan con el sobrenombre
de "hijos del trueno"seguramente por su arrojo y decisión.
Santiago aparece como una persona apasionada, capaz de ponerlo todo en juego;
un hombre que arrasa por su empuje y que no se para a echar cálculos y medir
consecuencias. Una vez muerto Jesús, Santiago forma parte del grupo inicial de
la Iglesia Primitiva de Jerusalén.
Herodes Antipas I lo escoge, igual que a Pedro, como
figuras representativas para dar un escarmiento a la comunidad cristiana y
contentar a los judíos. Y así termina Santiago: Herodes lo hace
decapitar con la espada allá por los años 41-44, convirtiéndose en el
primer apóstol en verter su sangre por Jesucristo.
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